El Museo Soumaya,
que se localiza en plaza Carso, tras su inauguración en el 2011, se ha
convertido rápidamente en uno de los museos más importantes en la ciudad, y sin
duda uno que contiende de las colecciones de arte más impresionantes en el país
con más de 66, 000 piezas de diferentes géneros, artistas y épocas. Entre estas
obras, se encuentran varias que pertenecen a un grupo de artistas que cambiaron
la historia del arte e impactaron la percepción de la misma: los impresionistas.
Los
impresionistas fueron un grupo de artistas que se revelaron en contra de la
academia y el canon de la belleza, ambas fuerzas que históricamente habían
dominado el arte. Se les caracteriza por su interés en la representación y
efecto de la luz natural, imágenes degradadas y experimentación con los colores.
Monet es quien da nombre al movimiento con su pintura Impresión del Sol Naciente, primera en mostrar estos elementos que
parecían insólitos en su época, una imagen degradada y diluida sin figuras
claramente marcadas por contornos o contrastes. A pesar de que esta obra innovadora
no se encuentra dentro de las curvas paredes del Soumaya, viven en ellas otras
obras de Monet que de igual manera muestran este estilo tenue. Paisaje en Giverny, por ejemplo, es un
claro ejemplo del arte impresionista, pues, a pesar de la claridad del árbol
que protagoniza el cuadro, la claridad de los elementos que se encuentran en el
fondo se pierde debido a la semejanza entre los colores presentes, tonos que
probablemente fueron combinados sobre el mismo lienzo, haciendo que el cambio
de tonos se vuelva casi imperceptible para el observador, se requiere hacer una
pausa para verdaderamente notar las montañas y construcciones que se esconden
tras el árbol. A pesar de no ser oleo, estas mismas características son
visibles en la obra Paisaje del mismo
Monet, elaborado con pastel seco sobre cartoncillo. La variación de materiales
no quita fuerza al estilo impresionista, pues en esta obra también es clara la
falta de claridad, mostrando una combinación de colores que danzan entre si
creando una imagen que requiere un más que un vistazo para ser apreciado y
entendido por competo. Las nubes en el cielo, por ejemplo, están formadas con
una combinación de varios colores que cargan la imagen y confunden al ojo. La
fuente de luz, elemento importante para el arte impresionista, es obvia en esta
obra, pues hay un punto que resalta como un brillo en la imagen, ligeramente
escondido por las nubes.
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Paisaje en Giverny |
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Paisaje |
Monet, sin embargo,
no es el único impresionista que dejó una parte de si en el Soumaya, pues en el
museo se encuentran también obras de artistas esenciales para el movimiento
como Renoir, presentes con obras que de igual manera muestran los elementos
principales del movimiento impresionista. Naturaleza
Muerta con Fucsias, por ejemplo, se apoya del género del retrato floral
para mostrar de igual manera la imagen difuminada con pinceladas libres que caracterizan
al impresionismo. La obra muestra una combinación casi caótica de tonos rojos y
verdes que a primera vista parecerían pinceladas amontonadas al azar, mas al
verla con más detenimiento, las diferentes manchas se unen para crear el
retrato de unas flores. En esta obra es también visible la combinación de
pinturas sobre el mismo lienzo para crear nuevos tonos, en lugar de hacerlo
previamente en una paleta como se hacía tradicionalmente. Esta obra de Renoir
es un gran ejemplo del arte impresionista, pues muestra la combinación de
diferentes tonos y colores sin contornos claros para crear una imagen que debe
ser observada detenidamente para ser entendida por completo.
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Naturaleza Muerta con Fucsias |
El Museo Soumaya da
hogar a una colección extensa de obras de muchos movimientos, artistas y
estilos, entre ellos ejemplos de obras impresionistas, creadas por los protagonistas
y padres del movimiento, obras que muestran a la perfección lo que hizo tan único
e importante el impresionismo.
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