La Copia

Pablo Ruiz Picasso es sin duda alguna uno de los artistas más importantes e influyentes del siglo XX, siendo él uno de los padres del movimiento cubista, pintor de varias etapas y creador de más de dos mil obras, cada una proponiendo una idea y manera de ver el mundo diferente. Por este impacto, decidimos utilizarlo como ejemplo al realizar un ejercicio plástico que implicó crear nuestros materiales de pintura utilizando pigmentos y yemas de huevo.

La obra original de Picasso en la que me basé, se data en 1901, pintada durante una de sus muchas visitas a Paris.  La obra muestra a un arlequín, con una vestimenta azul y negra como tablero de ajedrez, como protagonista, frente a un fondo de otro tono azul, decorado con detalles florales amarillos y naranjas. La figura del arlequín parece consistir de muchas partes separadas que construyen el todo, debido a las anchas y muy claras líneas de contorno y los contrastes tonales, las manos y el rostro del arlequín, por ejemplo, varían en color. A pesar de que el estilo que define a Picasso, el cubismo, aún no esta estrictamente presente en estas obras relativamente tempranas, la distorsión de la realidad ya comienza a estar presentes, evidenciado en esta obra por la falta de proporción y profundidad o perspectiva. Además, el personaje del arlequín fue por mucho tiempo protagonista de las pinturas de Picasso. La presencia de los tonos azules abunda en la obra, pues es parte de la etapa azul de Picasso, a pesar de que no es una pintura completamente mono cromática.  

Esta es una de las razones por las que elegí basarme en esta pieza para el ejercicio plástico, debido a que existe en la pintura una porción de la identidad de Picasso como pintor, mas no es su lado más conocido, pues es reconocido mundialmente más por su arte cubista. Sin embargo, opté por jugar un poco con los colores, variándolos en tanto a la vestimenta del arlequín y el fondo de la pintura. Opté por cambiar el azul de la vestimenta del arlequín por rojo, rindiendo algo de homenaje a la etapa que le siguió a la azul, la etapa rosa de Picasso. Compensé este cambio experimentando con una monocromía absoluta en el fondo de la pintura, utilizando únicamente tonos de azul como lo llegó a hacer Picasso más entrado en esta etapa.